En la entrega de hoy vamos hacer comentarios sobre el pollo a la parrilla.
Los adeptos a las carnes blancas conocemos la sensación única, exquisita, de degustar un trozo de pollo a la parrilla preparado con Condimento para Aves Santa Mónica tras lo cual se convierte en un manjar no apto para glotones (o especialmente apto, depende de cómo se mire).
Imaginemos el pollo primero en su proceso de absorción de los gustitos y ya en la parrilla y después de haber sido cuidadosamente vigilado, ya a punto de ser sacado para ser gloriosamente degustado. Ese doradito crocante, algo especialmente tentador, sumado al indescriptible aroma de esos tesoros que guardamos en la cocina para hacer de las comidas un momento único, para disfrutar con nuestros seres queridos, que se enamorarán del Condimento para Aves, que es clásico y muy suave, y que a su vez tiene algunas innovaciones que le dan un aroma muy fresco, siendo ideal también para dips, purés, arroces y más.
Sé de muchas personas que disfrutaban de este manjar ya en su niñez y que con los años se han vuelto grandes entusiastas del pollo a la parrilla, no solo por lo rico, sino porque además es algo que incluso es lindo de preparar, sobre todo si es con tranquilidad y, en la medida de que el reloj lo permita, tiempo…
Un buen maridaje para el pollo a la parrilla es un vino blanco seco, por ejemplo un chardonnay. Para acompañamiento puede ir el querido puré, o por qué no una ensalada fresca.
Un buen pollo a la parrilla, con ese dorado y ese crocante inestimable es un plato riquísimo, sumamente tentador, pero además con los colores del dorado adorna no sólo la parrilla misma, también la mesa y por supuesto el plato.
Para disfrutar mejor de los deliciosos sabores, es importante no quemar plásticos en el fuego de la parrilla, porque los residuos plásticos largan humo que puede estropear nuestro manjar, además de ser tóxicos.