¡Muy buenas! ¿Como pasaron la Navidad?
Por aquí seguimos trabajando para acercarles material de lectura al blog. En la última entrega les hablamos de la parrilla de vaca, y hoy vamos a tocar el tema de la parrilla de cordero y cerdo.
Manjares si los hay. Cuando están bien asados, cocidos, bien aderezados, sin lugar a dudas son el deleite de los presentes. Es realmente muy tentador ver en la parrilla una buena bondiola, un delicioso costillar de cordero, doradito lo suficiente como para que no se queme y como para que no falte cocción. Cuando echan humo, en ese vapor también se sienten los aromas de los condimentos. Ya eso es una invitación indeclinable a comer tales exquisiteces.
Para este tipo de carnes, las 5 Especias Chinas, el Conditodo o las 7 Especias Árabes, por ejemplo, van muy bien.
Preparadas con esos condimentos, seguro hacen del tradicional asado de cordero y de cerdo algo distinto, que no se come todos los días, algo que va a terminar destacando. Lo que uno espera es que los comensales disfruten de la reunión, y eso en gran medida es favorecido por la comida, que bien hecha es seguramente un motivo de comentario o de halago.
Generalmente no esperamos (o sí) que se halague la comida, la preparación, el clásico “¡Qué rico!”, y con eso en general basta como para que te pidan la receta y mil detalles más.
Lo bueno de cuando uno lo hizo por sí mismo y sin receta, cuando es una creación original de esas manos que hicieron ese cordero o cerdo asado de tal o cual manera, generalmente nadie lo puede igualar. Y ahí ¡quién te quita lo asado!