Es una planta herbácea muy antigua (se menciona incluso en la Biblia), originaria de la cuenca mediterránea. Sus semillas sirven para preparar un condimento del mismo nombre, de sabor más o menos picante.
Se emplea fundamentalmente en gastronomía como condimento de algunos platos, y en la elaboración de salsas, como la Cumberland. En Europa Oriental se prepara una salsa agridulce con dos partes de mostaza por cada una de mayonesa, muy especiada y endulzada con azúcar.
En medicina se ha utilizado a lo largo de los siglos para tratar dolores musculares, como descongestivo, vasodilatador y estimulante del apetito.