Su uso cosmético y medicinal se remonta a las civilizaciones antiguas. En la región del Cáucaso se reproducen espontáneamente, por lo que es probable que tengan su origen allí.
Con su infusión se puede limpiar a profundidad el cutis, combatir el acné y nutrir el cuero cabelludo; bebiéndola, se combate el insomnio y la depresión, depurar el organismo y fortalecer el sistema inmunitario.
En gastronomía su uso está más extendido de lo que uno supondría a priori: se pueden agregar a ensaladas, sopas, pasteles, confituras y extractos. También es una opción muy válida para decoración de platos.
En coctelería moderna se usan mucho para ciertos tragos, como el Martini rosa o el Mojito Royal.